Mucho se habla de entornos preparados en ambientes de respeto y consciencia. Es indiscutible la importancia de generar espacios seguros, de confianza y con el material concreto para que los procesos personales, la educación, los aprendizajes, la comprensión y las relaciones se establezcan de manera progresiva y con armonía.
Una de las bondades que tiene Biodanza, además de favocer a la práctica en salas con determinadas condiciones (en situaciones ideales ojo): suelo de madera, luz exterior, decoración minimalista y sin estímulos especialmente espirituales o fríos, buena acústica, posibilidad de realizar la actividad sin calzado, luces regulables, temperatura adecuada, ropa cómoda y tonos de voz apropiados, es generar un ambiente de confianza, comodidad y bienestar para las personas que participan del grupo.
Desde la primera infancia tener en cuenta los espacios y su cuidado tienen su impacto en la manera que tenemos de aprender. Emmi Pikler y María Montessori son dos referencias que hacen verdadero hincapié en una utilización responsable de los espacios, la cantidad y calidad de los materiales que se le ofrecen a niñas y niños para el desarrollo de su psicomotricidad, autoestima, valoración y relación con otras personas. Es curiosa la mirada que se desarrolla y el poder que tienen estos cuidados para el desarrollo del aprendizaje y las relaciones personales.
Bernard Acouturier, padre de la psicomotricidad vivenciada, también refleja esta cualidad como prioritaria en los espacios terapéuticos y de desarrollo psicomotriz para favorecer los movimientos y libertades de las personas que a través del cuerpo irán sanando sus heridas o desarrollando sus capacidades gracias, justamente, a que el espacio tiene unas características y las personas que lo sostienen acompañan desde un lugar de respeto, escucha y favorecimiento de la libertad de ser.
Rolando Toro, creador del sistema Biodanza, planteó el grupo como ecofactor positivo de desarrollo de las personas. A través del vínculo que se establece entre las personas que integran un grupo de Biodanza (sea de manera regular y deseable claramente, o en talleres o maratonas puntuales) el ser individual se potencia a niveles más altos que cuando el trabajo no es grupal. Desde ese punto de partida, el grupo es un pilar indispensable para el desarrollo de la actividad.
“La atmósfera que se crea cuando el grupo alcanza el ‘nivel básico’ de integración es de un mundo sin barreras, en el que las otras personas no representan un límite a la expresión. Esta atmósfera permite que los cuerpos se vuelvan permeables a la presencia y potencia del otro y que se manifiesten emociones integradoras de gran intensidad.»
Es por eso que cuando planteamos que Biodanza es una herramienta de expresión de nuestros potenciales buscamos que el grupo tenga primero esa relación creada y de ahí partimos a invitar a la expresión de nuestra identidad.
Tanto en la propuesta de grupo regular, como de Biodanza para Mujeres, siempre transmito esta oportunidad que supone pertenecer a un grupo donde poder realizar una búsqueda personal, un proceso de crecimiento y sobre todo de encontrar esa mirada y sostén que a veces no es sencilla de encontrar en otros entornos. A través de la propuesta que hacemos de integración grupal se van generando estos espacios donde vamos generando confianza, seguridad y calma para sacar a la luz todo aquello que interiormente se va procesando.
La flor que ves en la foto de este post tiene una historia parecida. Es un rosal que tengo hace 5 años, y que ha pasado por varios sitios. Estuvo 3 años en una jardinera sin crecer ni expandirse y algo me decía que ese no era su lugar. Tomé la decisión de pasarlo a un tiesto esta primavera y cuál ha sido mi sorpresa al ver que este rosal ha decidido que este espacio, era más apropiado, más recogido, más seguro, para abrirse, desplegar ramas y florecer.
Cuando lo veo siempre pienso en esta posibilidad que ofrecen los espacios seguros y cuidados. Encontrar ese lugar donde puedo llegar a ser mucho más de lo que estoy siendo, simplemente porque me encuentro con las condiciones para ello.
Desde esta propuesta también invitamos a este nuevo curso, a explorar nuevas formas de comunicación y de relación, a encontrar un sitio donde poder florecer en seguridad y confianza.
¿Te vienes a probar?