- ¿Te ha pasado alguna vez que has tenido ganas de practicar una actividad y al recomendarte Biodanza ha sido poner cara de “yo paso” inmediatamente?
- ¿Lo de Bio ya te resulta difícil de digerir?
- ¿Crees que al llamarse Biodanza tendrás que saber bailar para poder asistir a una sesión?
Si te dijera que Biodanza es un sistema de promoción de la salud integral, a través de la música, el movimiento y la interacción con otras personas, ¿te resultaría más fácil acercarte a probar una sesión?
Quiero contarte algunas ideas que me encuentro frecuentemente con personas que aún no han practicado Biodanza y que considero son creencias que además de limitarte, son totalmente infundadas y poco rigurosas.
Creencia 1: En Biodanza sólo van personas a tocarse y a abrazarse.
Es una de los comentarios que más me encuentro al hablar de Biodanza en grupos diversos e incluso en entornos donde hay prácticas mucho más “invasivas” según mi punto de vista.
Es cierto que en Biodanza favorecemos el contacto y acudimos al abrazo como vía de expresión de manera frecuente pero nunca está establecido ni pensado que ocurra en sesiones de iniciación que es como llamamos a los grupos de personas que acaban de comenzar a practicar Biodanza. Es como si en la primera clase de Yoga que asistes te piden hacer la postura Sarvangasana sin haberte preparado. Es una locura que nadie podría pensar, y si es así, yo misma, te recomiendo que huyas. No quiere decir que puede que si el grupo es mixto, es decir, que haya personas que ya lleven tiempo practicando Biodanza entre ellas se abracen y tengan un poco más de contacto, eso pueda producir que a veces se te puedan acercar con esa intención pero es totalmente aceptable que marques tu espacio y establezcas tus límites, porque todas las personas que practicamos Biodanza estamos en la búsqueda del feedback y la autorregulación. Así que nadie se enfadará si decides no hacerlo.
Creencia 2: Si se llama Biodanza son todos hippies, que comen ecológico y vegetarianos
Bien, ya sé que he exagerado un poco pero la idea es además que no parezca todo tan serio, y además en caso de todas las personas fuéramos hippies (existen todavía?) tampoco está mal probar. A lo que voy, no es así. Biodanza está pensada para colectivos diversos, incluso hay prácticas específicas para determinados de ellos, por ejemplo para Niñes y adolescentes, Biodanza clínica (en entornos de diversidad funcional, algunas enfermedades concretas), para organizaciones, que en definitiva se diferencian por el ámbito de aplicación. Lo más frecuente es la práctica de Biodanza en grupos mixtos (se acepta toda la diversidad de género) con la idea únicamente de desarrollar nuevos estilos de vida, coincidente casi siempre con la propuesta que hace el sistema del desarrollo de los potenciales ya existentes en la persona. Biodanza es el nombre que decidió su creador, Rolando Toro, etimológicamente como Danza de la Vida y tiene la intención de rescatar, a través de propuestas que se van haciendo cada semana, sobre nuestras potencialidades integrando ritmo, melodía, categorías de movimiento, desarrollo de la identidad, contacto con la alegría de vivir, la integración con otros seres humanos, la recuperación y aceptación de nuestra emocionalidad, a través de ejercicios que se dividen por 5 líneas de vivencia: vitalidad, sexualidad, creatividad, afectividad y trascendencia. Esto que a veces resulta complejo de entender leyendo se establece de manera progresiva y con un orden determinado en la propuesta.
Creencia 3: Necesitas saber bailar para poder hacer Biodanza.
Justamente el otro día veía un vídeo de Rolando Toro que nombraba exactamente que Biodanza parte de una estética diferente al resto de propuestas de danza. Considera que cualquier persona, de cualquier edad o condición puede tener esta oportunidad y a mí me gusta la idea de transmitir que no hace falta seguir pasos para poder establecer un movimiento emocionado y sentido.
Cito estas palabras de un facilitador argentino, llamado Carlos Pagés, que me gusta especialmente cómo lo aborda y que creo tiene mucho significado:
“En términos metodológicos Biodanza puede ser practicada por cualquier persona, sin importar su condición física o su edad. Mientras las personas están vivas, su proyecto existencial está en movimiento, de modo que la edad no tiene ninguna importancia. La condición física tampoco es excluyente porque Biodanza no trabaja de manera compulsiva o mecánica sobre un cuerpo-objeto, sino que abre la posibilidad de expresión de un cuerpo-sensible, de una corporeidad vivida. Nuestro concepto de danza no es coreográfico. Llamamos danza a todo movimiento emocionado capaz de incrementar los niveles de integración, y por extensión, de subjetividad”.
Dice Rolando Toro que “el primer conocimiento del mundo, anterior a la palabra, es el conocimiento por el movimiento. La danza es, por tanto, un modo de ser en el mundo, la expresión de la unidad orgánica del hombre y la mujer con el Universo”.
¿Te gustaría probar una sesión? Te invito a consultar en la web de Biodanza Ya, la Asociación de profesionales de Biodanza, los grupos que están activos por todo el país.
Yo personalmente me encuentro en la Sierra Oeste de Madrid y ofrezco clases en Zarzalejo y Galapagar y estaré encantada de que me contactes si te interesa asistir a alguno de los grupos que facilito. Enlace en el botón de abajo ;-).